Un equipo de científicos británicos y japoneses acaba de filmar criaturas vivas a 7.700 metros bajo la superficie del Océano Pacífico, una profundidad nunca alcanzada hasta ahora por las cámaras y en la que los científicos no esperaban encontrar semejante bullicio de vida.

En las imágenes, tomadas en la fosa del Japón mediante cámaras sumergibles capaces de resistir la enorme presión, se puede observar un grupo de Pseudoliparis amblystomopsis peleándose por un poco de comida, un pez que nunca había sido visto con vida.

“Hay muchos más peces de lo que podíamos haber imaginado a esta profundidad”, asegura el doctor Alan Jamieson, de la Universidad de Aberdeen. A pesar de la oscuridad y de la presión, se amontonan e interactúan en una actitud mucho más sociable que la observada en las criaturas abisales.

“Esperábamos que estos seres fueran solitarios y apenas se movieran”, asegura el profesor Monty Priede, del equipo británico. “Pero las imágenes muestran grupos socialmente activos, posiblemente familias, que se alimentan de pequeños crustáceos y que viven tranquilamente en uno de los lugares más extremos de la Tierra”.

Este tipo de peces, denominados peces caracol (de la familia de los Liparidae), miden alrededor de 30 cm y viven únicamente por debajo de los 6.000 metros de profundidad, una zona con temperaturas muy bajas y en la que no penetra ni un rayo de luz.

La zona hadopelágica o Hadal (término que remite al Hades griego y que podría traducirse como “lugar de la muerte”) incluye las aguas y fondos marinos por debajo de la zona abisal. La presión que ejerce el agua a esta profundidad supera las 700 atmósferas y alcanza valores equivalentes al peso de 1.600 elefantes sobre el techo de un coche.